El regalo que no acepté
Un maestro y su discípulo caminaban por el campo.
De repente, un campesino gritó insultos desde su casa. El discípulo, enfadado, quiso responderle, pero el maestro sonrió y siguió caminando.
—Maestro, ¿no va a decirle nada? —preguntó el joven.
—Si alguien te ofrece un regalo y no lo aceptas, ¿de quién sigue siendo el regalo? —respondió el maestro.
El discípulo entendió: lo que no aceptas, no te pertenece.
Hay cosas que se devuelven con silencio y dignidad. No por debilidad, sino por respeto a uno mismo y a quienes sólo quieren vivir tranquilos y en paz.


Comentarios recientes