Por San Miguel, el calor ya no pide parasol.
Como cada mes, vamos a ver la predicción que hace el Calendario Zaragozano para este mes de septiembre de 2012:
De muy variable aspecto, pero generalmente de tiempo bonancible; ambiente bastante húmedo y con diversos periodos de lluvias al principio y al fin; en ocasiones, nublados tempestuosos con borrascas producidas por vientos del sur y suroeste y acompañados de fenómenos eléctricos; temporal de temple suave, aunque por las mañanas se empiece a notar que estamos entrando en nueva estación. Finalizando, descenso atmosférico.
Parece que septiembre este año se va a portar como tal, y nos depara la entrada en el otoño. Veamos también las fases de la luna para este mes:
Buen título para una película, ¿verdad? Resulta curioso cómo estamos acostumbrados a escuchar esta expresión en todas partes sin darle mayor importancia. Hoy mismo, el locutor de Aragón Radio informaba de que se había intensificado la presencia de la Guardia Civil en Talamantes, un pueblo desalojado por un incendio próximo a él, en el Moncayo, debido a que habían detectado la presencia de dos delincuentes habituales, viejos conocidos de los agentes de la zona, y que cuentan ya con varios antecedentes y detenciones.
Y uno ve esto y se pregunta qué es lo que falla, porque lo general, como en el caso del locutor, es fijarse en la poca consideración de estos señores, que han ido a robar a un pueblo desalojado por un incendio, pero no en la raíz del problema: son delincuentes habituales.
¿Y por qué habituales? Pues yo creo que por dos cosas: la primera, básica y fundamental, y a la que he hecho referencia en este blog muchas otras veces, es la mala educación existente en nuestro país. Ya decía Sócrates que lo que hacían falta eran escuelas y no cárceles, y hace muchos años que lo dijo, pero nadie le ha hecho caso (así semos). La segunda causa es un castigo inservible para este tipo de delincuencia: resulta que como son delitos de poca monta, por mucho que los detengan apenas tienen pena, y a los dos días están en la calle delinquiendo otra vez. Dado que eliminar las cárceles es impensable ahora mismo, tal vez habría que ampliar los plazos que estos señores están en ellas, pero no para dejarlos encerrados sin más, si no para usar ese tiempo en educarlos e inculcar aquellos valores morales y éticos de los que carecen. Y una vez hecho esto, si recaen, tal vez habría que imponer, ahí sí, un castigo ejemplar, como enviarlos a asistir a las personas desalojadas de sus casas a causa de incendios o cualquier otro motivo.
De cualquier modo, a lo que voy: para eliminar problemas hay que empezar a buscar en su origen y atacar ahí, y no en toda la parafernalia que los rodea y que a primera vista nos puede parecer lo importante, y esto se puede aplicar a cualquier problema en cualquier ámbito. Siempre se ha dicho que los problemas hay que cortarlos de raíz, y aunque cueste más, a la larga todos salimos ganando.
Un saludo.
Parece que este gobierno sigue empeñado en acabar con la sanidad pública de la forma más agonizante posible. Por si no fueran suficientes todos los palos que le están dando con el copago y otras medidas similares, nuestros dirigentes siguen empeñados en arrebatar a nuestra sanidad sus últimos resquicios de lo que un día fue un sistema ejemplar en todo el mundo. Una muestra de ello es reciente nombramiento como jefa de servicio de la mujer del consejero de sanidad del gobierno de Aragón, que si bien no es más que una muestra de cargo puesto a dedo tal como se lleva haciendo durante muchísimos años, en la situación actual supone una puñalada mortal a nuestro sistema.
Y es que como ya he comentado otras veces las medidas tomadas por estos ejecutivos son justamente las contrarias a las que se deberían de tomar para conseguir un sistema sanitario eficiente. No cabe duda de que la mejor medida sería equiparar el funcionamiento de estas instituciones sanitarias con el de las empresas privadas, mediante la implantación de un sistema eficiente y eficaz tanto desde el punto de vista productivo (la atención sanitaria de calidad) como desde el enfoque final de servicio troncal en nuestro sistema social. Y para lograr esto justamente lo que que evitar es dar cargos de responsabilidad a dedo a conocidos, amigos y otros individuos a los que se les puedan deber favores, centrándose en la eliminación de todos estos cargos y en la formación de personal capacitado para la gerencia y gestión de centros sanitarios, cosa que por otra parte va a resultar bastante complicada dada la situación de nuestro sistema educativo, que es tan precaria, si no más, como la del sistema sanitario, y la decadencia absoluta de las universidades, que serían las instituciones encargadas de formar a este tipo de personal, y que ni serían expertos en medicina ni mucho menos en economía: un hospital no es una fábrica que obtenga beneficios, si no un centro que da un servicio esencial para el sustento de la población. Este planteamiento nos conduce por tanto a la eliminación de objetivos (y de rebote cupos de tarjetas), a la purga de personal (empezando pro médicos de ideas arcaicas y que viven en una sociedad clasista intolerable), y a la optimización de los recursos existentes.
Pero al final, nada es posible sin una base educativa cada vez más utópica. Un saludo.
Sigo con mi crítica a la forma de conducir que tenemos los españoles, que cada vez es peor (aunque parezca increíble). Hoy me voy a centrar en otro aspecto cuando menos curioso: la tendencia al centro.
Y cuando me refiero a esta tendencia no me refiero a temas políticos, si no a la manía cada vez mayor de pegarse al centro de la calzada. A todos cuando sacamos el carnet de conducir nos repitieron una y otra vez: hay que circular por el carril de la derecha y lo más pegado a la derecha posible. ¿Tan difícil es? Hombre, yo entiendo que con esto de la LOGSE y el panorama político la gente pueda tener dudas sobre lo que es la derecha o la izquierda, pero a fin de cuentas se trata de que los coches pasen lo más separados posible entre entre ellos, quiero decir:
Bueno, pues la situación común no es esta, es la de ir pegado al centro. Ejemplo: típico señor que conduce pegado al centro (a su izquierda). Este típico señor, que por supuesto no sabe que en una carretera de 90 hay que ir a 90, te adelanta, porque para eso tiene un coche que mola con su pegatina de «CO!» en el maletero, y ahí cualquier persona normal diría «pues si este tío se pega a la izquierda, al adelantarme se irá a la izquierda también y se apartará de mi», pues no, ¡error! Porque ese señor no tiene tendencia a la izquierda, si no al centro, y cuando te adelante se pegará a ti todo lo que pueda, y si puede adelantarte pisando la línea (continua o discontinua) o incluso con las ruedas dentro de tu carril, lo hará, tanto en autovía como en carretera convencional.
¿Pero tan difícil es? ¿Os habéis parado a pensar qué pasaría si en ese momento uno de los dos conductores se desvía mínimamente de su trayectoria? Aún sin abandonar su carril habría una colisión de consecuencias trágicas.
Así que ya sabéis, un poquito de por favor y a guardar la distancia lateral, que nos evitaremos muchos sustos y ver de cerca caras feas.
¡Felices vacaciones!
Voy a retomar aquel maravilloso espacio televisivo de Curso de Ética Periodística, para ir haciendo alguna crítica a algunos titulares que se leen en la prensa. Empiezo con uno de El Periódico de Aragón, «Detenida por conducir bajo los efectos de las drogras después de colisionar su vehículo».
Leyendo el titular tal cual está, nos encontramos con que esta señora tuvo un accidente con su vehículo, tras lo cual debió ingerir alguna droga (me imagino que para paliar los dolores del coche) y siguió conduciendo, siendo detenida posteriormente. Creo que estoy poco tiene que ver con la noticia, que más bien viene a decir que la susodicha había tomado drogas y a causa de ello tuvo un accidente, por tanto, ahí va mi propuesta:
¿No queda más claro? Además, uno no colisiona algo, colisiona con algo o alguien, así que la construcción del verbo tampoco es demasiado adecuada.
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