Es domingo, las seis de la tarde. Vuelvo a casa después del fin de semana. El tráfico es intenso, pongo música y me adentro en el mundo de la carretera dentro de la nube de mi coche, esa fina capa de chapa que me separa del mundo exterior durante unos minutos. La gran ciudad aparece en el horizonte, con sus luces, con su tráfico, con sus cosas. Por los altavoces salen los acordes de «Dos pájaros de un tiro», el disco en directo que grabaron durante la gira del mismo nombre Serrat y Sabina. Un hilo de melancólicos recuerdos aparece por mi mente al compás de alguna canción, «¿por qué las cosas tienen que pasar así? ¿Por qué a veces no se entiende la razón de que pasen?». Preguntas que rondan por mi cabeza mientras las luces de los semáforos ejecutan su particular baile de colores. Yo mismo me contesto: «las personas somos así, no tenemos manual de instrucciones». Comienza a sonar «Quién me ha robado el mes de abril» cuando estoy parado en un semáforo, ¿os habéis preguntado alguna vez cuántos meses de abril se habrán robado por ahí? ¿A vuestro alrededor? ¿Os han robado un mes de abril a vosotros? Giro mi cabeza y en el coche de al lado una chica pierde su mirada cabizbaja en el volante, «tal vez a ella le han robado el mes de abril de este año» pienso mientras la miro. Levanta la cabeza y se gira hacia mí, el semáforo está en verde, meto la primera y me voy. Son pequeños momentos que tal vez deberíamos disfrutarlos más, algo bueno tenemos que sacar de ahí. Ahora seguramente ella ni le habrá dado importancia y yo os estoy soltando todo este rollo. Sed buenos.

Un saludo.