Parece que los dirigentes de este país siguen sin enterarse o sin querer ver los problemas de la sanidad pública española. Hoy hablaba alguien del Gobierno en la televisión diciendo que no era aceptable que los médicos hubiesen recetado un montón de medicamentos que estaban en los armarios de los españoles, y que por tanto la solución era pagar más por las recetas.

Parece ser que el Gobierno, una vez más (porque pasa con todos los que ha habido), no identifica el sujeto de esa oración, que es quien tiene la responsabilidad de este descontrol recetario: los médicos. Y es que solucionar el problema de caos funcional reinante en la sanidad sería tan fácil como seguir unas directrices básicas:

– Formar personal especializado en la dirección de los centros sanitarios. No me sirve colocar un médico, que no tiene ni idea de economía, ni un economista, que no tiene ni idea de medicina. Hay que formar profesionales que sepan optimizar los recursos de sus centros.

– Controlar la función del personal sanitario. Es de vergüenza los viajes que pagan los laboratorios farmacéuticos, luego nos extraña que se hagan recetas sin ton ni son (este es uno de los graves problemas que nunca se ha tratado en condiciones).

– Controlar la función del paciente. No es lógico que tengamos a beneficiarios de pensionistas con recetas gratuitas, ¿en qué cabeza cabe?

Pero como creo que esto no lo vamos a ver ejecutar ni en pintura, un servidor, por la cuenta que le trae, se encomendará al santoral para no caer enfermo y en todo caso recurrirá, mientras pueda, a la aspirina, la leche con miel y el zumo de naranja.

Un saludo.