Las redes sociales son una gran herramienta que sirven para muchas cosas. Sirven para comunicarnos, sirven para hacernos oír, y sirven también para comprobar cómo en algunos aspectos cotidianos no se trata por igual a todo el mundo. Y es que no hay que acotar la repercusión de un hecho grave al medio por el que se difunda: si es grave, hay que juzgarlo como tal, lo vean tres o diez mil personas.

Hoy traigo un claro ejemplo de a lo que me refiero. Entro en Twitter y leo el siguiente titular: Condenan a un año de cárcel a la joven que pidió en Twitter la vuelta de los GRAPO. Bien, me parece justo, son cosas con las que no se juega. No voy a entrar a valorar si la pena es correcta o no en base a otros delitos que se cometen en España y no son castigados, o tienen penas más blandas, etc. Simplemente me quedo con que alguien hace una cosa grave, como es apología al terrorismo, y se le castiga, al menos para que escarmiente.

Hace ya unos años en una fachada de una cochera de mi familia, situada en un cruce muy transitado de dos carreteras, apareció una pintada enorme en la que se leía claramente GRAPO. La pintada estuvo durante meses, quizá un año, porque ninguna administración se quiso hacer cargo de eliminarla. Al final, tuve que ser yo quien, rodillo en mano, tuvo que borrar semejante gamberrada.

El hecho es que en ese caso, en el que también miles de personas vieron la pintada, no se castigó al culpable. La única respuesta que me dio la Guardia Civil fue que ya habían hecho unas fotos. Perfecto, pero ahí estuvo la referencia a la banda armada en mi fachada. Tiempo después escuché que habían cogido al gamberro que lo había hecho, y que al parecer le habían echado un rapapolvo en el cuartelillo y a correr, maravilloso. Que sí, que será una gamberrada, pero al menos me hubiese gustado que me hubiese repintado la fachada, porque no tengo porque poner lienzos a disposición de nadie, y menos para tales fines. Pero bueno, eso fueron habladurías, así que a saber. Desde luego no detuvieron a nadie, porque de ser así sí que nos hubiéramos enterado.

Así que ya sabéis, si queréis hacer cosas que no están bien, no uséis redes sociales, mejor ensuciad el mobiliario público o privado, que es igual de efectivo, permanece en el tiempo, se integra con el entorno y es más impune.

Un saludo.