El Ayuntamiento de Zaragoza muestra su lado más ruin en el mismo cementerio
Hoy he llegado a casa y me han dicho que había fallecido una persona, así que volante en mano he acompañado a mi madre al cementerio de Torrero para ver a los familiares, todos amigos nuestros del pueblo, y estar un rato con ellos. Era ya tarde, las 19:30 horas aproximadamente, la noche ya era cerrada y hacía frío. Llego al cementerio y ¡oh sorpresa! Para no desentonar con el resto de la ciudad, también está en obras. Pero no es lo malo que esté en obras, lo malo es que la señalización es deficiente, por no decir inexistente. Puede que de día se vea bien, pero de noche, en un lugar como ese donde no hay iluminación, resultaba misión imposible guiarse.
Pero lo verdaderamente lamentable estaba por llegar: enfilo la calle que conduce al edificio principal, todo estaba lleno de coches aparcados, ni un hueco. En la fachada de este edificio hay varias señales de prohibido aparcar, que dadas las circunstancias había sido ignorada por varios vehículos que no molestaban en absoluto al resto de los que pasábamos por allí. Bajo una de las señales, estacionado, un vehículo de patrulla de la Policía Local de Zaragoza, y a pocos metros, dos policías denunciando todos los coches que había estacionados.
En lugar de estar dirigiendo el tráfico en el interior del complejo para causar las mínimas molestias posibles, parece ser que lo que importa aquí es la pasta.
Pues señores del Ayuntamiento, puede que ustedes tengan la gran suerte de no ir al cementerio de Torrero más que a inaugurar obras, pero el resto de personas que vamos, la gran totalidad, vamos por motivos nada agradables, como para encima encontrarse un bonito recuerdo rosa por aparcar en un sitio donde el único inconveniente parece dictarlo una señal. Como si no hubiera muchos más sitios donde denunciar en la ciudad.
Un saludo.
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