Los sitemas abrefácil… y su dificultad de uso
Hace ya años que el mundo pudo asistir a la revolución de los sistemas abrefácil, y a partir de aquél día muchas cosas cambiaron, cuando te comías un quesito ya no tenías que llenarte de queso las manos, sólo tirabas de un hilo, abrir una chocolatina nunca había sido tan fácil, tirabas de la cinta roja y a correr, y así con cientos y cientos de producto. Hoy en día casi todas las cosas envueltas llevan un abrefácil (bueno, algunas tan comunes como los paquetes de papel higiénico aún no, pero otras como los tetrabricks de leche sí).
Hasta aquí todo un mundo perfecto y lleno de facilidades para consumir el producto envuelto, pero claro, tuvo que llegar Murphy y su dichosa ley, ¿a quién no se le ha roto el abrefácil? ¿Quién no se ha pegado 2 minutos dando vueltas a un paquete buscando la dichosa tira roja y cuando lo ha abierto ha descubierto que estaba delante de sus narices? ¿Quién no se ha visto negro para abrir algo y cuando ha pedido ayuda se ha quedado con cara de gilipollas al ver que la otra persona lo abría como por arte de magia con el dichoso sistema?
Estoy seguro de que podríamos llenar cientos de páginas con anécdotas así, de hecho esta misma mañana se me ha partido el abrefácil del cartón de leche y tenido que proceder con las tijeras…
Un saludo intrépidos lectores, ya darle duro a las tiras rojas.
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