2 de marzo de 2010
Aunque llega un poco tarde esta entrada, me gustaría comentar lo curiosa que resulta la influencia de la Luna sobre algo tan insignificante como puede ser sembrar ajos. Y es que basta echar un vistazo a Internet para ver que a nadie se le ocurre sembrarlos en cuarto creciente, siendo la fase idónea la de cuarto menguante. ¿Por qué? Pues sencillo, porque se desentierran. Y no sólo ocurre con los ajos, a mi abuela una vez le pasó incluso con unos altramuces que sembró y al día siguiente se los encontró todos sobre la tierra.
Y dicho esto, como comentaba al principio, ya es un poco tarde para sembrar los ajos, tarea que suele hacerse, al menos aquí en Aragón (y más concretamente en Las Pedrosas, en las Cinco Villas), en el mes de noviembre, aunque tampoco pasa nada por sembrarlos en diciembre o, a más tardar, enero. La única pega es que cuanto más tarde se siembren, más tarde se recogerán.
A mi este año no me ha dado de tiempo de ponerlos hasta enero, pero con las últimas lluvias ya han salido todos, como se puede ver en la foto de arriba. Aquí os dejo otra foto un poco más cerca para que se vean mejor.
Un saludo.
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