Las dos caras de la moneda
No es que sea uno de mis temas preferidos, pero hoy voy a tocar un poquito a los políticos, y en concreto a dos de ellos, curiosamente del mismo partido: el señor Ibarra y el señor Iglesias.
De Ibarra ya he hablado anteriormente, es el expresidente de la Junta de Extremadura, y es, a mi parecer, uno de los políticos de primera línea con más visión acerca de las nuevas tecnologías. Por otro lado tenemos a Marcelino Iglesias, presidente del Gobierno de Aragón, y que sin llegar a los extremos de Extremadura, también ha tomado alguna iniciativa en nuestra comunidad.
El tema que nos ocupa viene ya de largo y creo que está un poco trillado por estos lares: Windows vs. Linux, software privativo vs. software libre, monopolio vs. libertad… y viene motivado por dos noticias que han tenido lugar en los últimos días y en muy poquito espacio de tiempo, y es que esto de que estemos en puertas de las elecciones generales mueve montañas.
Juan Carlos Rodríguez Ibarra hizo el otro día una propuesta bastante interesante referente al famoso y archiconocido canon. Dicha propuesta, que va a elevar al seno mismo de su partido para que lo incluyan en su campaña electoral y que, por desgracia para nosotros, seguramente echarán en saco roto, consiste en la anulación total del canon, y la inclusión en la declaración de la renta de una casilla para donar voluntariamente el dinero pertinente a los autores, al igual que se hace con la Iglesia.
En las antípodas peninsulares tenemos a Marcelino Iglesias, el cual luce orgulloso estos días sus centros educativos en los que se ha implantado, de forma pionera, las pizarras electrónicas para los alumnos, y a los que el señor Gates ha hecho una visita en estos días, animando así a la clase política a continuar con tal desaguisado y encima poniéndolo como ejemplo a nivel mundial…
Me surge aquí la duda siguiente: si en lugar de ser Bill Gates quien hizo esta visita, hubiese sido un tal Linus Torvalds, o un tal Richard Stallman (y digo estos nombres porque son también extranjeros, que ciertamente hay muchas personas «del país» que son tan importantes como los ejemplos dados) ¿habría tenido esta repercusión en los medios escritos y entre los políticos? ¿Importaría que estos señores dijeran que esas son las escuelas del futuro? Y no es lo malo la duda, lo malo es que me temo la respuesta: posiblemente ni sepan quienes son, ni estos señores que lucen orgullosos sus escuelas piloto, ni los niños que vieron en persona al todopoderoso Puertas.
Una vez más, volvemos a la raíz del tema: la administración da una de cal y una de arena en lo que a TIC se refiere (con todo lo que ello engloba). Por un lado promueve la libertad en este ámbito, por otro trae de excursión a los magnates monopolistas. Incluso entre la propia clase política las diferencias, en personas incluso de los mismos ideales, son tan abismales, que parece un precipicio insalvable.
De todas formas, en el fondo, a uno ya hasta le parecen divertidas estas situaciones. Y ahora que nos acercamos cada vez más a las elecciones, creo que nos lo vamos a pasar pipa.
Un saludo.
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