5 de septiembre de 2013
Anda en boca de todo el mundo el tema del «préstamo» del Rey a su hija y su yerno para la compra su palacio (vivienda) habitual. Si sigues mi blog, hace unos meses ya toqué el tema de las donaciones de padres a hijos, cuyo impuesto varía de una comunidad a otra, pudiendo incluso estar exentas de pagar impuesto, pero que exigen estar formalizadas en escritura pública. Pero para no pagar impuesto, que suele ser en torno a un 7% de la cantidad donada, además de la escritura deben cumplirse dos requisitos más: que la comunidad autónoma donde reside quien recibe la donación recoja esta exención en su normativa tributaria, y que ésta no pase de cierta cantidad monetaria.
La cuestión es que aún así, esto conlleva el gasto de hacer la escritura pública, por eso hasta hace un tiempo había otra vía alternativa que permitía dar dinero a alguien y no pagar impuestos: los préstamos al 0%. Estos préstamos consistían en firmar un contrato privado, que no tenía ni siquiera que estar registrado en un notario, entre dos personas, a devolver en un tiempo determinado y fijando un tipo de interés del 0%. La cuestión es que Hacienda se cansó de esta fuga de capital, y cambió de normativa, de forma que los préstamos al 0% desaparecieron: un préstamo tiene que tener un interés. ¿Y cuál es el problema de que tenga un interés mayor de cero? Pues que la percepción de rentas está sujeta a impuesto, y por tanto hay que pagar un porcentaje de esos intereses obtenidos, así que la jugada ya no es tan rentable.
Como digo, esto ya no puede hacerse, siendo la única forma de donar dinero y no pagar la que he explicado en el primer párrafo. Por tanto, lo que el Rey hizo fue una donación, enmascarada en el concepto de préstamo al 0%, con la finalidad de no pagar ningún tipo de interés, y es que a poco que el gravamen del impuesto de donaciones sea del 7%, para 1200000 euros, es un pico, al menos para la mayoría de los ciudadanos de este país, porque me imagino que para los que manejan el dinero con tanta soltura, los 84000 euros que hubiesen supuesto tampoco son gran cosa, y en cambio eso traducido a otras causas para el bien común, como servicios, puestos de trabajo o subvenciones a municipios, supone un pellizquito importante.
Un saludo.
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