12 de julio de 2012
Estoy indignado. Me parece una desfachatez utilizar el recorte en concejales como ejemplo de medida anticrisis, y más aún, presumir de que se regulan sus sueldos y dietas. Y me parece indignante porque lo que tenían que hacer es publicar una lista, bien clarita, con nombres de concejales que perciben un sueldo por desempeñar su cargo y la cuantía del mismo, y veríamos cómo tampoco son tantos.
Aún se atreven a decir que esto es una respuesta a la voluntad popular. Mentirosos. ¿Por qué no recortan el 30% del congreso? ¿Y del Senado? Ahí sí que hay gasto. Estoy hasta las narices de que nos mida a todos por el mismo rasero. Entiendo que es complicado mirar más allá del egocentrismo que padecemos los que vivimos en las grandes ciudades, que nos pensamos que en todos los sitios pasa lo mismo y se hacen las mismas pifias, pero no es así. Los vecinos de nuestros pueblos ya lo saben bien, pero a ellos no los sacarán nunca en un telediario. Esos pueblos pequeños que están dispersos por toda la geografía, donde los concejales lo mismo asistimos a un congreso del partido político de turno que arreglamos una tubería rota.
Desde que tomé posesión del cargo, he tenido que cambiar ya dos veces de tarifa de móvil y hasta de compañía, para intentar ahorrar dinero que pongo de mi bolsillo para hacer gestiones que benefician a todos los vecinos de mi pueblo. Y como yo, todos los alcaldes y concejales de todos los pequeños municipios. Y a eso, hay que sumar el coste de los desplazamientos (gasolina, averías, talleres…) que hacemos con nuestros propios coches y que pagamos con lo que ganamos en nuestros trabajos, tan dignos como el de cualquier otro, y de los que tenemos que salir a cualquier hora para atender asuntos municipales, con la recuperación posterior del tiempo perdido. Pero lo hacemos encantados, porque nos gusta, porque entendemos que la política no es una profesión, es un servicio.
Así que no os equivoquéis, que no es aquí donde hay que señalar, es a esos señores autonómicos y estatales, consejeros, ministros, secretarios de estado, asesores. Todos los que van en coches que ni tú ni yo podremos comprarnos nunca pero que les hemos pagado. Los que viajan en esa clase prohibitiva del AVE en la que si viajamos algún día será porque no quedan billetes en la Turista y no nos queda más remedio. A esos, sin escrúpulos, que nos cargan con desfachatez toda su hipocresía.
Pero es que además cuentan con el beneplácito manipulador de los señores periodistas, que se enorgullecen de publicar que los consejeros comarcales cobramos 600 euros por asistir a los plenos. ¿Sabéis qué? Sí, los cobran los que tienen el color de los que nos recortan, los del PP, en algunas comarcas, porque si fuera así, muchos no estaríamos, simplemente porque no valemos para eso: cobrar a cambio de nada.
No formamos parte de ese juego, ni de los sueldos, ni de las dietas, ni de los coches oficiales, ni de las deudas. En los tres organismos representativos de los que formo parte se cerró el año pasado con superávit (una comarca, una mancomunidad y un municipio de poco más de 100 habitantes), curiosamente, los tres ejemplos que ponen como generadores de deuda. No tienen vergüenza. La deuda la han generado los malos gestores, como los de Madrid y Valencia. Bien podían tomar ejemplo de nosotros, la verdad. O aún mejor, que se vayan, pero lejos, muy lejos, y que no vuelvan.
En fin, veremos qué más sorpresas nos depara Mariano para el viernes. Un saludo.
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