Hay personas que son muy perras, por ejemplo, alguno de mis vecinos. Es costumbre en esta nuestra comunidad, cuando el señor cartero te echa una carta que no es para ti, y no sabes de quién es, dejarla encima de los buzones para que si alguien la ve y es suya, o sabe de quién es, la coja. Si pasados unos días (o semanas) nadie la coge, la carta por arte de magia desaparece, no sé muy bien si se va al buzón de devoluciones, si va a la caja donde se tiran los folletos de propaganda o si el propio cartero la adopta y la lleva de vuelta a correos para su devolución.

Pero yo, que debo ser raro, cuando me pasa algo así miro a quién va dirigida, compruebo el piso, busco el buzón y miro si el nombre que hay es igual (o parecido), y si lo es, la meto dentro, y si no, la echo directamente al buzón de devoluciones. Y digo que debo ser raro porque ya van dos veces que me he encontrado cartas en las que el nombre y el piso figuran claramente en el buzón al que van dirigidas, no sé, ¿tanto cuesta?

¿Qué hacéis vosotros con las cartas que os llegan con destinatario erróneo o desconocido?