1 de julio de 2010
Parece que el verano ha entrado con ganas este año. La verdad es que, respecto al tiempo, este año está siendo raro, raro, raro. Empezamos con un invierno frío, para cambiar a una primavera que alternaba bajas temperaturas con amenazas de combustión espontánea. Y ahora en dos semanitas se nos han echado encima los 40ºC habituales de este mes.
¿Y tú qué prefieres para sobrellevarlo? ¿Soluciones naturales o artificiales? Supongo que hoy en día lo más común es enchufar el aire acondicionado (gran invento) y aguantar. Pero poca gente conozco que no acabe con dolores de cabeza, enfriamientos o medio modorros a causa del invento en cuestión.
Los más afortunados, en cambio, pueden irse al pueblo. Las casas antiguas con sus muros de piedra y sus habitaciones en la parte baja de la vivienda son, sin duda, el mejor lugar para pasar el verano. Los que nos quedamos en la ciudad lo tenemos más difícil. A un clima ya de por sí duro como el de Zaragoza, tenemos que sumar que la arquitectura de las viviendas no está preparada para disipar este calor de forma natural. A veces tengo la impresión de que vamos hacia atrás en el tiempo.
Ahora resulta que como ya tenemos aparatos que echan aire frío, no debemos preocuparnos de nada más (sí, vale, mucho aislante y mucha movida, pero con eso no vamos a ninguna parte, ¿no preferís una vivienda orientada a dos lados?). No sé si es algo muy conocido o no, pero bueno, referente al tema del funcionamiento del botijo que no voy a explicar aquí, me vienen dos ideas a la cabeza, una más elaborada, y otra más de andar por casa.
La primera de ellas es la que se puso en práctica en el pabellón de España de Expo Zaragoza 2008, donde unas columnas de barro que contenían agua eran el elemento utilizado para enfriar el aire al pasar entre ellas. Como digo, esto es igual que el funcionamiento de un botijo: el aire que lo rodea se enfría por la evaporación del agua de su interior, lo que hace que se enfríe el propio recipiente. Este sistema, de forma más heavy, es usado como refrigeración en naves industriales. Si no me llama la memoria se llama algo así como «refrigeración evaporativa», y funciona mejor en ambientes secos que en húmedos. Vamos, que a nivel del mar no va (así que si estás leyendo esto desde Salou, te servirá más bien de poco).
La segunda solución viene de tiempos de los árabes. Y es que además de todo el sistema de riegos nos dejaron muchas otras cosas que se han perdido a lo largo de los años. Estos señores, que yo siempre he dicho que son listos como ellos solos, colocaban en las ventanas de sus casas cortinas humedecidas en agua. De este modo se conseguía algo parecido a lo que he explicado en lo del pabellón de la Expo, de forma que al pasar el aire por la cortina, éste se enfriaba y conseguían bajar la temperatura del interior de la casa. Aún con toda la lógica que tiene, debo confesar que nunca lo he probado, entre otras cosas porque a mi madre no le hace gracia que moje las cortinas, aunque reconozco que una vez sí que tuve la tentación…
Y supongo que hay muchas otras formas de intentar llevar lo mejor posible esta época del año, ¿cuál usas tú?
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