Conducir en Zaragoza: aventura salvaje en la jungla
Cada día, cuando cojo el coche para ir al trabajo, me doy cuenta de que en Zaragoza conducimos peor. Es lamentable la cantidad de maniobras que se hacen que se pueden calificar como burradas, y es increíble que no haya más accidentes de los que hay por ellas.
Hay dos cosas que vale la pena destacar del comportamiento salvaje del conductor zaragozano:
- El desconocimiento del significado de la señalización horizontal. Sí señores, esas flechas que hay en el suelo, y esas líneas discontinuas, sirven para algo, no son decoración para ser más «cool».
- El desconocimiento de que las lucecitas amarillas parpadeantes de un coche (también llamadas intermitentes) sirven para indiciar nuestra intención de realizar una maniobra, y que no dan ninguna preferencia, ni derecho a hacerla, y que usarlas cuando se está haciendo no sirve de nada, hay que usarlas antes. Y precisamente es eso, una intención, pero basta que la uses para que te cierren cualquier posible hueco para realizar la maniobra.
¿Y al final qué pasa con estos hábitos? Pues que acabamos todos igual, porque claro, tú vas paciente, con tu intermitente, y ves que la gente se te mete encima, que pasan de ti por mucho que lo indiques, etc. Y al final pues acabas haciendo igual que ellos, eso sí, usando el intermitente, pero cuando no debes, es decir, cuando ya estás haciendo la maniobra.
Pero al margen de los hábitos, también es digna de mención la clasificación de subespecies conductoras de la ciudad, que se puede clasificar en:
- Los taxistas, dueños de las calles porque trabajan en ellas, y con pleno derecho a hacer lo que les plazca, que para eso trabajan en la calle.
- Los conductores de TUZSA, que como llevan los mastodontes rojos, cualquiera les lleva la contraria. ¿Que quieres cruzarte de carril justo cuando me tienes a tu altura? Tranquilo hombre, que ya pego un frenazo en seco para que pases, pero no me tritures el coche.
- Los motoristas, con su manía de pasar entre los coches parados en los semáforos para ponerse los primeros, o sus adelantamientos por donde les viene en gana, o directamente sus paseos con moto por aceras y parques.
- Los repartidores, que acaparan los carga y descarga porque tienen furgoneta. Y que aparcan en los pasos de cebra porque total, es sólo un momento, o en las esquinas quitando la visibilidad por la misma razón.
- Los moradores de la doble fila. Todos hemos aparcado alguna vez en algún sitio en doble fila porque íbamos a buscar a alguien, o hacer algo y no había sitio. Pero jolín, si vives en una calle de forma continua, cómprate un garaje y no andes siempre aparcando en doble fila.
- Los ciclistas, subespecie en crecimiento con la que vamos a tener bastantes problemas, porque son los mismos que en los casos anteriores pero con un vehículo ligero por zona peatonal (y sí, yo tengo bicicleta, pero me da vergüenza ajena ver lo que muchos hacen cuando van en bici, o bizi…).
- El resto de fauna, que visto lo visto pues al final hacemos lo que podemos.
Y ahora unos consejos, así generales:
- Por favor, si de normal no usas el coche, cuando llueve no lo cojas: puede que no te mojes, pero vas a llegar tarde y de mal genio.
- Si has pasado mala noche y tienes sueño, por tu bien, usa el autobús, o la bizi y así te despejas. Es inquietante parar en un semáforo a las 8 de la mañana y ver que todos los conductores de tu alrededor van bostezando y rascándose los ojos.
- Usa el intermitente, créeme que nos irá mejor a todos.
- Ten paciencia, si un coche va a 40 porque acaba de salir de su aparcamiento ya acelerará. Si 50 coches van a 30 es que no se puede ir más deprisa: no te hagas el Fernando Alonso porque sólo vas a fastidiar a los demás.
- La palabra perdón soluciona más problemas que la palabra gilipollas.
Y con esto acaba mi crítica a los conductores zaragozanos, entre los que me incluyo. Y para curarme en salud, si alguien contesta de malas maneras, ya sabemos todos que se siente identificado y se da por aludido, y además no hará caso de mis consejos 4 y 5. Para el resto, amigos, vamos a tomarnos las cosas con calma, que quieras que no también se puede disfrutar conduciendo, aunque sea para ir al trabajo.
Un saludo.
Qué bueno, Víctor. Me ha encantado. Cada vez que doy una clase práctica de conducir, alucino con la de barbaridades que se hacen. Hoy, sin ir más lejos, en un semáforo estaba un taxista haciendo sudokus. Mi profesor y yo nos hemos mirado, y él se ha santiguado XD
Por cierto, total y absolutamente de acuerdo con lo de los intermitentes. ¡Parece que les cobren cada vez que los usan!
Información Bitacoras.com…
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Yo tengo la teoría de que los coches los venden sin intermitentes. Lo de los taxistas… en fin. Y se me ha olvidado comentar también la manía que hay de saltarse el semáforo en rojo y salir cuando se pone rojo el de peatones, que el de vehículos sigue rojo también. No sé cómo no hay más accidentes en los cruces.
Y con todo esto aún dicen que los municipales son unos acosadores, cuando si quisieran se podían poner las botas en un plis plas.
Bueno, tú a usar el intermitente, o como se decía antes, la intermitencia, ¿eh? 😛
Jajaja, qué razón llevas. Estoy por ofrecerme a la policía para que pongan cámaras en mi coche y sancionen a los que adelantan sin intermitente, los que van por en medio de la línea ocupando dos carriles, los que van por ciudad a 50 Km/h ¡en cada eje!…