La gestión de la crisis en el sector de la hostelería: El Calamar Bravo
Muchos conoceréis El Calamar Bravo, un famoso bar situado en la calle Cinco de Marzo de Zaragoza (antes en la calle Moneva), conocido por sus bocadillos de calamares con salsa picante.
Este bar, que se ganó la fama en tiempos pasadas, y que ha llegado a ser un referente de la ciudad, hace ya tiempo que comenzó a prestar un servicio cada vez más decadente a sus clientes. Y es que la política de «yo te sirvo y tú te las apañas para comértelo donde puedas» a mí no me gusta nada. Sabiendo la afluencia que tienen, deberían haber replanteado mejor el nuevo local. Igual una barra más pequeña y más espacio para los clientes hubiese sido un buen principio. Dejando estas cosas subjetivas aparte, voy al tema que me ocupa en esta entrada: la poca visión de negocio de este local.
Ayer, 16 de julio, viernes, a las 14.50 horas de la tarde ya no se podía acceder al local, y no porque estuviese lleno, sino porque ya estaba cerrado y estaban esperando a que los últimos clientes que estaban comiendo en su interior salieran. Me chocó sobretodo un detalle: en la puerta, en sitio visible, no había ningún tipo de cartel de horario. ¿Qué tipo de bar cierra al medio día en el centro de una ciudad un viernes en temporada turística?
La consecuencia es clara: en otro bar de la misma calle, La Mejillonera, el goteo de clientes era continuo. Para mí la verdad es que, en el fondo, mejor: el pan de la mejillonera es mucho mejor que el pan-bollo del calamar, y eso se agradece.
Visto lo visto ahora ya sí que tengo una cosa clara: va a ser difícil que vuelva a pisar el Calamar Bravo, y que se lo recomiende a nadie.
Un saludo.
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