Educación, políticos y redes sociales
No, no voy a hablar sobre la educación escolar, ni cómo las redes sociales ayudan o no a la misma, ni cómo se la están cargando los políticos, ni cosas por el estilo. Voy a hablar de la educación como tal, el saber estar, el saber comportarse, el respetar al resto.
Nos acercamos al período electoral que comienza periódicamente con las europeas, sigue con las autonómicas y termina con las generales, y en el que afloran por aquí y por allá muchos políticos en las redes sociales. Vamos a centrarnos en Twitter, esa red donde debería escribirse de forma más espontánea.
Muchos de estos señores (y señoras), no han entrado en la vida a Twitter, otros sí, pero no escriben; la mayoría, sólo usa estas cuentas cuando les interesa revolucionar al personal, es decir, en las elecciones, y luego desaparecen; y unos pocos aún tienen la desfachatez de crearse las cuentas en la víspera de estos festivales y encima creerse los reyes del mambo. Pero casi todos tienen en común una cosa: tienen la educación en la punta de los pies.
Porque esa actitud es una falta de respeto hacia el ciudadano. Ah, que igual no lo saben: detrás de las redes sociales hay ciudadanos de carne y hueso que tienen su corazoncito, sí, aunque parezca mentira.
Como siempre, hay excepciones, como el Alcalde de Jun, referente en estas cosas, y que aunque lo critique de vez en cuando, se merece mi respeto por ser un ejemplo a seguir para el resto de personalidades del sector. Pero luego están el resto. Y ojo, porque hay quien tiene su cuenta y la usa más o menos, según temporadas, que es algo totalmente comprensible: no podemos obligar a nadie a utilizar una red social. Pero hay otros que no tienen vergüenza ninguna, y ni siquiera cuando la utilizan son capaces de escribir, y tienen a su equipo de becarios pretateclas ahí poniendo las lindezas del señor que debería estar escribiendo: estos son los que hay que erradicar de las redes sociales, contra los que hay que arremeter, porque son los que nos faltan al respeto, tomándonos por tontos.
Y hombre, puede que muy listos no seamos, y hablo por mi, porque si no igual estábamos en su lugar, preocupándonos por quedarme sin trabajo una vez cada cuatro años, y con un ejército de becarios poniendo lindezas en Twitter, pero de ahí a insultar nuestra inteligencia va un trecho. Es la situación típica en la que deberían existir los ciberbofetones, porque más de uno se los aplicaría a los susodichos con buena gana.
Y como uno ya tiene sus espolones en estos temas, porque ya estoy en la edad esa en la que hablo con nostalgia de tiempos pasados, de viejas batallas en el IRC, de ICQ con sus identificadores kilométricos, de los foros universitarios ya relegados al olvido por Facebooks, Tuentis, Whatasapps y demás, y de haber lidiado con más de un trol, y de un ciento, en ese mundo tecnológico que estos infames ni siquiera conocen, tampoco voy a profundizar mucho más, pero me gustaría pedir un favor a los presentes: no sigáis a esta gente, ni mucho menos caigáis en la tentación de dar propaganda a sus chorreces temporales (compartiendo en cualquier forma), aunque sólo sea por amor propio, y por no hacer aprecio a quien no lo muestra a los demás.
Sed buenos, un saludo.
Información Bitacoras.com
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