Sobre el Pabellón Príncipe Felipe
En los últimos días Zaragoza está en todos los medios por una noticia en principio nada trascendental: el cambio del nombre del Pabellón Municipal Príncipe Felipe por el de Pabellón José Luis Abós.
En primer lugar voy a exponer mi opinión personal al respecto. Este cambio nace con motivo de una solicitud ciudadana que surgió con la muerte del entrenador José Luis Abós, y que yo también firmé por los siguientes motivos:
- Considero que un Pabellón debe tener el nombre de alguien relacionado con el deporte.
- No soy seguidor del baloncesto, pero la propuesta de este nombre como persona fuertemente ligada con el deporte me pareció correcta.
- El nombre del Pabellón ha quedado obsoleto: el hasta ahora príncipe Felipe es ya rey.
Y a partir de aquí termina mi reflexión personal y comienza el análisis objetivo de los hechos. Este cambio se sugirió tras recoger 15000 firmas, en una ciudad de casi 700000 habitantes. Si el actual equipo de gobierno de Zaragoza en Común, que fue quien incorporó esta demanda ciudadana en su programa, hubiese ganado las elecciones con una mayoría, entendería que una mayoría igualmente aprueba su programa electoral, y entonces no cabría debate alguno sobre el pucherazo que han dado para realizar este cambio de nombre, pero la realidad es que gobierna en minoría, hasta tal punto, que en cuanto le falte el apoyo de cualquiera de sus socios lo va a pasar muy mal, y lo peor, va a repercutir en toda la ciudad.
A la vista de esto, es evidente que este cambio de nombre debería haber ido, como poco, a un pleno, donde la representación democrática de los ciudadanos de Zaragoza hubiese votado a favor o en contra de dicho cambio, porque ante todo, señores de Zaragoza en Común, esto es una democracia, y lo que no podemos hacer es imponer la voluntad de unos por encima de la de otros muchos, aunque quizá lo que queramos hacer esté bien, o sea más correcto que lo que opina el resto, pero hay que respetar a todo el mundo.
Y me choca aún más esta actitud de querer imponer las cosas porque sí en esta ciudad, donde el intento de imponer ciertas libertades a bayonetazo les salió a nuestros colegas franceses por la culata hace ya unos años. La situación es muy similar, no te creas: como el equipo de gobierno quiera imponer sus ideas, que sin duda pueden ser buenas, por el artículo 33, pasándose por alto la opinión del resto, la cosa no acabará bien. Y lo peor es que el pato lo pagaremos los de siempre: los vecinos de Zaragoza.
Así que por favor, señor @pedrosantisteve y compañía, reflexionen un poco y traten de encontrar un acuerdo con el resto, y si no se cambia ahora el nombre del pabellón, no se preocupen, y utilicen todas las herramientas y recursos que tienen a su alcance para conseguir ese cambio, porque de igual forma que han conseguido movilizar a la población para obtener los votos que les han puesto donde están, no creo que les cueste mucho hacer otro tipo de campañas para concienciar a la gente de que ese cambio puede ser bueno, hablar con todo el mundo y ver la opinión mayoritaria al respecto.
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