De «tapas» solidarias y otros menesteres por Zaragoza
Estimado lector, no esperes encontrar aquí una referencia de sitios con buenas tapas o rutas de tapeo por la inmortal ciudad de Zaragoza, sino una crítica a la supuesta cultura del tapeo de esta ciudad, que tanto ha distorsionado la antigua tradición de la tapa, para convertirse en un experimento sibarita que en nada se parece al concepto original de una tapa.
Ayer, 13 de julio, se inauguró una nueva modalidad llamada la Citytapa, que consiste en promocionar tapas de gran calidad los miércoles, a un precio de 3,25€, y que incluye un vino, cerveza o agua. Además tiene una finalidad solidaria, y es que del importe de cada consumición se donan 0,25€ a Asociación de Mujeres Aragonesas de Cáncer Genital y de Mama (AMAC-GEMA).
A partir de aquí es donde tengo que mostrar mi sorpresa por esta iniciativa. Resulta que donamos 0,25 euros a una asociación, de un producto que, curiosamente, vale 3,25 euros, ni 3, ni 3,50, 3,25 euros, es decir, que al margen de beneficio que criticaré a continuación, encima, cargan al consumidor la donación de forma descarada. Y encima hay que escuchar lo «progre» de la noticia a todas horas.
Yo no sé si habrás viajada mucho por España o no (y digo España, no hay que irse mucho más lejos), para haber conocido otras regiones donde la tapa forma parte de su cultura. En Zaragoza, que hace años, antes de que se cargasen el tubo, este tipo de comida también formaba parte de la cultura, ya no queda nada. Resulta que ahora sales aquí de tapas, los cuatro sitios que hay están llenos, a unos precios que mejor no echar cuentas, porque es más barato o como poco igual, ir a cenar a un restaurante, y encima son unas tapas que ni quitan el hambre ni lo mitigan, y es que la economía tampoco está como para comerte muchas croquetas de 2 euros a las que tienes que sumar la bebida, en un garito hasta las puertas, en el que seguramente algunos clientes guays están de colegueo con el camarero mientras tú estás esperando de pie, y en el que antes de entrar ya tienes ganas de salir. Esta es la realidad del tapeo en Zaragoza.
Y encima las tapas, ¿de verdad creen los señores hosteleros que es justificable llamar a esas aberraciones tapas? Que me parece estupendo que en quedadas de gente guay de tipo gurmet me sirvan tropezones de ternasco con una patata y una salsa verde, llamándolo con nombre exótico y quedándose tan anchos, pero eso no es una tapa, eso es un despropósito.
Podría hablarte de las tapas de la parte de Castilla y León, de Burgos, de León; podría también hablarte de las cada vez más en extinción tapas de Cáceres; y en ambos casos te hablaría de tapas, de un tamaño similar a lo que aquí te ponen, y que acompaña gratis a una bebida que nunca llega a los dos euros. Pero para hablarte de tapas, tapas de verdad, debo poner sobre la mesa a Granada. No sabrás lo que es una tapa hasta que vayas allí y te la comas, y por eso me mosquea de sobremanera que estos pijautos progres tapachef del no menos progre tubo (y le quito la inicial mayúscula porque ya no se la merece) vengan con estos aires, y encima aquí que somos tontos aún se promociona una iniciativa que es un engaño y una soberana deconstrucción (ya que estamos en la jerga) de la tapa. La tapa, o más bien Tapa, porque se merece por méritos propios, de Granada, te quita el hambre. Te pides un refresco, y cenas. Ojo, sí, un refresco, porque aquí encima son roñas: vino, cerveza o agua. No pueden ampliar más el margen de ganancia, está claro, porque sólo les queda el café, pero café con tropezón de ternasco no pega mucho, al menos tienen un límite.
Y te puedo prometer que en la zona de plaza de Toros de Granada te ponen un bocadillo, con patatas fritas, salsas y tu bebida (Nestea o Cocacola o lo que quieras tomar), por 1,80 euros. Eso sí es ir de tapas. Y si te vas al centro, zona turística por antonomasia, te va a resultar complicado encontrar algún sitio donde tengas que pagar más de 2,50 por una tapa. Y con una tapa te vas cenado, doy fe. Y de ahí a 3,25, lo donas donde te dé la gana, que así ganamos todos.
La verdad es que ya no tengo esperanza ninguna de ver una zona de tapas de verdad en el Tubo de Zaragoza, esos tiempos ya nunca volverán. Cualquier bar de barrio tiene raciones y tapas mucho más suculentas, y por menos precio, y de las de verdad, no aberraciones gourmet. Y lo mejor de todo es que el señor de Granada que vende eso a 1,80 euros gana dinero, y mantiene su negocio, así que no quiero ni pensar lo que ganan los de aquí, que encima ponen el donativo a parte, como la lotería de navidad.
En fin, no me extiendo más. A mi desde luego no me verán el pelo, porque esto no son iniciativas solidarias, son tomaduras de pelo al personal, y me canso de que me tomen por tonto.
Un saludo.
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