La página del acuario de Zaragoza no aparece en Google…
…o por lo menos yo no he sido capaz de encontrarla, así que si necesitáis mirar algo referente a este lugar, la dirección es www.acuariodezaragoza.com
Saludos.
…o por lo menos yo no he sido capaz de encontrarla, así que si necesitáis mirar algo referente a este lugar, la dirección es www.acuariodezaragoza.com
Saludos.
No sé si a vosotros os pasa, pero cuando yo veo algún lugar abandonado no puedo dejar de setir cierta melancolía, y a veces me paso rato y rato pensando las cosas que se han podido vivir o que han podido ocurrir allí, y cómo de pronto todo se esfuma y las paredes quedan como testigos mudos del paso del tiempo.
Hoy voy a recomendar una página web: www.lugares-abandonados.com No es que sea un asíduo visitante, pero cuando caigo en ella pierdo tardes enteras recorriendo sus reportajes. Trata todo de lugares que están abandonados (como se puede deducir). Discotecas, hospitales, restaurantes… ¡incluso carreteras! Hay incluso un reportaje de la antigua N-II a su paso por La Muela con el antiguo puerto que mis compañeros de aventuras en la EUPLA y yo tantas veces veíamos desde el autobús.
Tanto si os gustan como si no estas cosas, os recomiendo que le dediquéis un rato ahora que se acerca el frío y no se pueden hacer demasiadas cosas fuera de casa.
Saludos.
Supongo que no soy el único que últimamente ha experimentado una brutal falta de respeto por parte de los usuarios de motocicletas y ciclomotores al resto de usuarios de la vía pública. Durante años los conductores de coches y demás medios de más de 2 ruedas hemos soportado el zigzagueante discurrir de estas dos máquinas de dos ruedas entre nuestros vehículos. Y claro, como es muy práctico avanzar así entre los coches, pues el número de usuarios de estos vehículos se ha incrementando, creando situaciones ya no molestas, sino peligrosas para el resto de usuarios.
Es común que ahora estos personajes, montados en sus caballos de batalla, adelanten a largas filas de coches para colocarse delante de ellos en los semáforos en rojo. Yo puedo entender que si hay poquitos coches parados, y hay una o dos motos, lo hagan, aunque no deberían, pero no alcanzo a comprender cómo cinco (¡nada menos que cinco!) «motoristas», y lo digo entre comillas porque dudo que verdaderamente sean motoristas, pueden adelantar a más de diez coches parados en un semáforo y ponerse delante de los primeros, tan panchos, ocupando el paso de cebra (esta situación le pasó a un servidor el otro día en el cruce de av. de Madrid con paseo Mª Agustín).
Pero ya no es lo malo la cantidad de imprudencias que cometen entre el tráfico: ahora también lo hacen en la acera. ¿Quién no ha visto últimamente a un motorista yendo por la acera tan pancho con la excusa de que puede aparcar en ella y tiene que llegar a su sitio? Pues no, la cosa no es así. Y estoy seguro de que más de un peatón ya ha sufrido las consecuencias de estas insensateces.
Espero que el ayuntamiento se ponga las pilas antes de que sea tarde y empiece a tener mano dura con estos señores, que además de ir amedrentando al personal desprestigian a los que realmente se comportan como deben al utilizar sus motos.
Un saludo.
Pues sí, ni el petróleo, ni el café en los bares, ni nada parecido, el mayor negocio que hay en este mundo son las jarras de cristal en las cafeteras eléctricas. ¿Cuántos de vosotros habéis tenido una cafetera eléctrica y habéis acabado hartos de romper jarras? Yo me compré una para las navidades pasadas, y ya voy por la tercera jarra. Y si por lo menos fueran asequibles pues bueno, pero encima el negocio roza la extorsión: la jarra vale casi la mitad de lo que cuesta la cafetera. Y entonces a uno le da por pensar y se plantea por qué los fabricantes no ponen unas jarritas de plástico, que aguanten los golpes y tal, pero claro, se acabaría el negocio.
Y es que no hay fabricante de pequeños electrodomésticos que no haga cafeteras, porque los ingresos no vienen de las planchas de vapor, vienen de las dichosas jarras. Ya me gustaría a mi analizar el material real con que están hechas, porque hay que tener habilidad para hacer un cristal tan fino. Lo que no sé es cómo aguantan tanto, porque se rompen con la mirada. Al menos podrían aplicar algo de la tecnología de Duralex, porque yo creo que se rompen antes incluso de llegar al suelo por el susto, y además saltan en mil pedazos. Pero bueno, a los consumidores sólo nos queda patalear y, cuando nos hartamos, tirar la cafetera o comprar una jarra de plástico en los chinos. Lo que me fastidia es que la jarra que yo uso lleva las medidas que hay que echar en la cafetera, pero tengo claro que en cuanto me avisen de que tengo la nueva jarra voy a medir la capacidad de cada marca y cuando muera, porque tarde o temprano se romperá, la cambiaré por un recipiente de plástico normal y corriente, y si hace falta ya le grabaré con la dremel las marcas oportunas, que seguro que me queda hasta bonito (o al menos curioso).
Un saludo, y tened cuidado con vuestras jarras de cristal.
Bueno, ya estamos a 15 de septiembre, y ya ha terminado Expo Zaragoza 2008. Ahora es tiempo de recopilar recuerdos de estos tres meses y ver cómo se plantea el futuro.
En lo referente a la muestra en sí podemos decir que ha sido aceptable, sin más. Algunos pabellones tenían buen contenido, y otros, la mayoría, no aportaban nada al visitante. Caso aparte los que directamente eran tiendas, no entiendo eso de que a una exposición internacional cuyo tema principal es el agua se vaya a montar un bazar, pero bueno, si se lo han consentido…
Y ahora viene la crítica airosa. La organización de la Expo se merece una medalla (señor Belloch, tome nota) a la desorganización de un evento de esta índole. La tónica general de la muestra se puede resumir en una palabra: filas. Filas en los pabellones, filas en los fast-pass, filas en los baños, filas en las entradas, filas en las salidas, filas en los restaurantes… Mal, mal, mal. Nadie puede predecir cómo van a ser las cosas, y que surja este problema al principio es comprensible, pero que en tres meses no lo hayan solucionado es preocupante.
Yo no sé a quién se le ocurrió el gran invento del fast-pass, pero ahora que las maquinitas van a ir al cielo de los fast-pass podría intentar metérselas por ese lugar donde la espalda pierde su honroso nombre.
Eso sí, espero que a los ministros, alcaldes, presidentes autonómicos y demás maraña «democrática» les hayan gustado los numerosos banquetes que se han pagado con el dinero del contribuyente, al que no se le ha concedido ni un sólo beneficio en la muestra. Y sigo esperando ansioso, aquí sentado, a que ExpoAgua me invite a la ceremonia de inauguración y a la de clausura, pero claro, es que yo pago impuestos, y no tengo derecho. Al igual que el resto de ciudadanos.
Es vergonzoso que hayan cortado, durante tres meses, calles enteras, avenidas y paseos para que las comitivas de escoltas (parece ser que la crisis no afecta a la compra de coches blindados por parte del gobierno) pasen a velocidad absurda. Pues desde aquí les recuerdo que utilizar señales prioritarias cuando no se va en una urgencia (y llegar a comer tarde no lo es) es un delito.
Y ahora que lo sepa España entera. Se ha vendido la Expo como un montón de obras que se han hecho en Zaragoza, obras pagadas con el dinero de todos los contribuyentes (esto va por la Voz de Galicia, a ver si sus editores se informan un poquito antes de desinformar a los lectores), y que han supuesto una mejora bastante notable de la ciudad. Pues bien señores, estas obras, como el puente del milenio, llevaban proyectadas 20 años, 20 años en los que Zaragoza ha estado sumida en la ruina a l que ya estamos acostumbrados en estos lares los aragoneses, mientras otras ciudades como Madrid, Barcelona y Valencia creaban grandes infraestructuras, éstas sí, con el dinero de todos. Lo que pasa es que claro, bien había que hacer las cosas necesarias hace 20 años para que ahora todo pudiera funcionar medio decentemente. Y es que me irrita leer esos comentarios. Claro que la ignorancia es atrevida. Eso sí, ahora tenemos puentes, calles y parques (a medio acabar), con unos impuestos insufribles y unas arcas municipales en quiebra. Pero no pasa nada, ya haremos otro banquete para la burocracia democrática y así contentos.
Y ahora el tema más puntilloso y que no he querido publicar antes porque no era cuestión: la seguridad. La seguridad de la Expo ha sido nula. Y es vergonzoso que el gobierno venga presumiendo del nivel de seguridad que ha dado. A mi que me expliquen por qué en cada entrada sólo había dos escáneres para bolsos, y que me expliquen también por qué los vigilantes de las puertas, cuando se acumulaba la gente en las horas críticas, pasaban los bolsos directamente entre los arcos sin mirarlos ni abrirlos. No ha pasado nada porque no tenía que pasar. Y todo esto ante la pasividad de los agentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad. Si no eres capaz de controlar la entrada de tanta gente igual es que no lo has planeado bien, y volvemos a lo de antes, que en tres meses no se haya solucionado esto es lamentable.
En fin, al menos nos quedará como recuerdo el telecabina, que ahora nos llevará de ningúnsitio a ningunaparte en unos minutos sobrevolando el (maltratado, vaya empecinamiento con navegar por él) río Ebro.
Tomen nota en próximos eventos para no cometer los mismos errores, que el personal al final se va a hartar y no es plan.
Un saludo.
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