Feas costumbres al volante
¿Quién no ha echado alguna vez las largas para advertir a los conductores que vienen en sentido contrario de la presencia de un radar de la Guardia Civil? Hace ya muchos años que esta costumbre se extendió por las carreteras españolas y la DGT tuvo que tomar medidas al respecto: denunciar todos aquellos vehículos que sin causa justificaba lanzaban ráfagas de luces. Yo creía que esta costumbre ya se había perdido con la proliferación de las autovías y autopistas, donde es imposible advertir a los del sentido contrario mediante este sistema, y por ello, insensato de mí, pensaba que nadie haría esto en la actualidad, pero no es así.
El otro día bajaba de Las Pedrosas a Zaragoza por la A-124, una carretera cuya velocidad genérica es de 90km/h, y que sólo respetamos cuatro. Al parecer, como la tónica habitual es ir a no menos de 120km/h, incluso en las reducciones existentes a 70km/h, la mayoría de los conductores piensan que es un gesto de cortesía advertir de la presencia de un radar de la Benemérita en dicha vía. Pues lo siento, pero personalmente creo que estos señores se merecen mayor sanción aún que los que van con exceso de velocidad. Las características de la vía no aconsejan ir a mayor velocidad por su estado, por la falta de visibilidad en algunas curvas y por la presencia de caza mayor en la zona, pero independientemente de esto cada uno es muy libre de circular a la velocidad que quiera, poniéndose en peligro él y el resto de los usuarios (ya me han adelantado varias veces en cambios de rasante con línea continua), pero desde luego si los usuarios quieren correr, deben asumir las consecuencias de hacer lo que no se debe hacer: la multa. Por ello no comprendo esta actitud inmadura, que parece propia de nuestros años de infancia, cuando alguien hacía algo que no debía en clase le avisábamos cuando la profesora aparecía para que no le pillara.
Y este síntoma de inmadurez sólo puede acarrear problemas: cuando volvía a Zaragoza, no menos de 10 coches que venían en sentido contrario me hicieron ráfagas. He de decir que yo tengo la fea costumbre de poner el limitador de mi coche a 90km/h, así me despreocupo de correr más (ojo, que digo limitador y no control de velocidad), y por ello no entendía el motivo de tanta señal, hasta el punto de que casi me paro en el arcén para ver si es que llevaba alguna cosa rara en el coche. Afortunadamente cuando estaba ya a punto de parar, vi el coche escondido de la Guardia Civil. No creo que pudieran realizar demasiado bien su trabajo: los coches que venían detrás de mi no me adelantaban alertados por las ráfagas de los demás, pero en cuando pasamos el radar me pasaron como balas.
Siempre he dicho que para poder correr en las carreteras hace falta una cosa: saber conducir. Y por desgracia somos todos muy inexpertos en el volante, por lo que nunca entenderé esta cultura de pisar a fondo el acelerador en cualquier carretera. Desde luego si se quiere una excusa por llegar tarde, esta es la mejor: no cabe duda de que quien hace esto de continuo algún día no llegará y ya no necesitará excusa alguna.
Un saludo y sed prudentes, que lo importante es llegar.
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