Sorpresas previstas
Parece que el mundo está algo revuelto: vuelve a gobernar Rajoy, Trump gana las elecciones… Situaciones que de entrada parecen poco deseables, y sin embargo, son la realidad. ¿Por qué?
Pues como la gran mayoría, no lo sé. Así que voy a lanzar mis reflexiones, porque ante una respuesta desconocida, hay que sentarse y pensar, y lanzar ideas al aire. Sólo así, dialogando, podremos ver la luz en esta oscuridad que parece que se cierne sobre nuestras cabezas.
En primer lugar, ¿de dónde venimos? Ya lo he dicho en otras ocasiones, pero bueno, parece que no nos queda muy claro: venimos de una crisis de valores brutal. No hay educación, ni respeto, ni miramientos por nadie. Una prepotencia y mal gusto que reina y crece cada día más en todo el mundo, con consecuencias horripilantes: la falta de respeto de unos a otros. Estamos en una sociedad insana. Hace unas décadas, cuando aún se vivía en el medio rural, todo el mundo colaboraba y ayudaba para que la sociedad siguiese adelante; ahora en cambio, con las grandes ciudades, las masificaciones y el bullicio, somos más impersonales que nunca. Se ha perdido el sentido de sociedad, de comunidad, de ayuda de unos a otros. Ojo, que no digo que no haya gente que no lo haga, pero son los menos. En general, esto no se ve. Y este declive del comportamiento humano nos hace entrar en una espiral de odio y destrucción que, apoyada en la falta de principios, explica en parte una de las situaciones con las que comenzaba esta entrada: ¿por qué votamos a un señor que arremete contra las mujeres, que es un racista, y que quiere anteponer su ego al resto? ¿A un señor, digamos, sin principios? Porque nosotros a estas alturas tampoco los tenemos, y en el fondo, aunque nos duela, quizá es un reflejo de lo que somos. Y por si fuera poco, un sistema basado en un capitalismo voraz que sólo ayuda a aumentar nuestras envidias, no nos ayuda demasiado a mejorar como personas, en tanto en cuanto no reforcemos esos cimientos de educación que ahora mismo hacen aguas.
Ojo, que sólo estoy poniendo reflexiones, contén tu ira, si es que la tienes, hacia mí en este momento, porque ahora llegamos a otro punto aún más inquietante: las manifestaciones. ¿Acaso no hay un sistema democrático establecido en el que la gente va a votar y eligen al candidato que quieren? Entonces, ¿por qué cuando gana alguien, salen manifestaciones en contra? Y no precisamente de cuatro esgarramantas, más bien de unos cuántos miles. Para esto es más complicado encontrar explicación, porque el asunto es espinoso: ¿como no nos gusta intentamos imponer nuestra voluntad con manifestaciones? No lo creo, pero entonces, ¿a quién ha votado la gente? ¿Tienen dos caras? ¿Sus votos se pierden, o no votan? O aún peor, ¿es que el sistema no es nada democrático? Me temo que todo indica esto último, y ojo, no porque el sistema de votación sea justo o no en función de las leyes electorales que se apliquen, que eso es otro tema. Hay que tener en cuenta que el ser humano es sugestionable, y tú le puedes estar dando palos a un tío, pero el síndrome de Estocolmo, o algo parecido, hará que ese tío quiera tus palos, y no los del otro, si es que los hay. Como el voto es secreto, yo puedo decir rojo y votar azul, y seguir defendiendo rojo en todos los foros, y aquí no pasa nada, pero claro, luego las urnas dicen la verdad. ¿Y esto por qué pasa? ¿Por miedo? ¿Miedo a cambiar? ¿A expresar lo que realmente sentimos en las urnas? O aún peor, ¿a expresar lo que realmente pensamos en la calle? El miedo es poderoso. Todos los sistemas y grandes movimientos se han instaurado usando el miedo de una u otra forma. Antes, con represiones y otras formas más directas de ejercerlo; ahora, recordando que todas las comodidades de las que disfrutamos pueden desaparecer. De una represión más física, hemos pasado a una más mental, pero los resultados siguen siendo los mismos.
Muchas preguntas y ninguna respuesta. Posiblemente he encadenado una serie de sinsentidos, y todos mis planteamientos son cuando menos erróneos, pero de alguna forma, si queremos saber qué está pasando, debemos establecer estos puntos de partida, y si no son correctos, ya llegaremos a los buenos. Quizá con tu ayuda, entre todos, si vais dejando comentarios, podamos sacar algo en claro.
Información Bitacoras.com
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