Las piedras de la historia
A lo largo de los años el ser humano ha utilizado los materiales que tenía a mano para construir su mundo. Así, en el medio rural, en los lugares donde la abundancia de piedras era manifiesta, muchas construcciones y elementos se hacían con este material.
Esto nos lleva a las carreteras que se hicieron en las décadas de los años 20 y 30 en nuestro país. En mi pueblo, Las Pedrosas, hubo dos: la de Zuera a Murillo de Gállego (actual A-124), y la de Las Pedrosas a Piedratajada. Ambas carreteras cruzan el cauce del que conocemos como «Barranco del Pueblo», cuyo puente, en la carretera de Piedratajada, ya recibió un post (link aquí) cuando se decidió que debía sucumbir a los adelantos de la vida moderna, es decir, a las prisas.
Las piedras que flanqueaban estos puentes, eran unos bloques de considerable dimensión, que fueron derribados y destruidos casi en su totalidad, porque estorbaban. Unos pocos los pudimos salvar con el tractor pala, y el trabajo de mi padre y de mi tío abuelo, y con paciencia y esfuerzo los dejaron a buen recaudo.
Transcurrieron los años, y decidimos usarlos para poder sentarnos en la sombra de los árboles de la era. Al poco, una nueva calle se abría camino en Las Pedrosas: un camino tortuoso que llevaba al barranco, pasaba a comunicar, mediante una pasarela, los chalets de nueva construcción del otro lado del barranco con el casco urbano. Fue entonces cuando la alcaldesa al frente del ayuntamiento de Las Pedrosas nos pidió permiso para coger uno de los bloques que habíamos salvado de la destrucción, y colocarlo a mitad del recorrido de la nueva calle, para descanso de los peatones.
La idea nos pareció fabulosa y allí fue el bloque de piedra. Durante todos estos años, aproximadamente 13, el bloque de piedra ha servido como banco, hasta fechas actuales, en las que alguien del actual ayuntamiento ha decidido que aquel bloque de piedra, de piedra del terreno, que ha visto discurrir a tantos y tantos pedrosanos por la carretera primero, y por la calle después, debía ser sustituido por un banco de madera, el cual fue colocado delante del bloque.
No siendo suficiente esto, ha habido ya un intento de quitar el bloque, y sólo puede quitarse de una forma: mediante su completa destrucción.
Vaya así hoy, desde aquí, mi más clara protesta para que esto no suceda, porque tenemos que salvar ese pedacito de historia, haciendo ver a quien lo desprecia, que esa piedra es un trozo vivo de Las Pedrosas.
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